
El encuentro fue cerradísimo. Tanto el mallorquín como el francés jugaron a un altísimo y excepcional nivel que fue digno de admiración, sobretodo si se tiene en cuenta que las canchas rápidas no son el fuerte de Rafa, y que Tsonga es un jugador joven que aparenta tener un gran futuro dentro del circuito.
El partido fue tan parejo que los dos primeros sets terminaron en tie-break. El primero se lo llevó el francés (7-4), mientras que el segundo quedó para Nadal (7-3); pero la gran hazaña ocurrió en el set definitivo: el de Mallorca perdía 5-2 y estaba 0-15 arriba con su saque. Mientras que Tsonga empezaba a demostrar su cansancio, Rafa aprovechó esa circunstancia para batallar y batallar y finalmente dar vuelta un resultado adverso para cerrar el partido con un 7-5 a su favor.
De esta manera el número dos del mundo demuestra no sólo que quiere retener el título, sino que tiene más firme que nunca en su cabeza su última meta: destronar a Federer y ser el mejor.