La menor de las hermanas Williams, Serena, volvió a pisar el una cancha de tenis tras haber estado un año fuera de competencia.
En esta ocasión, la morocha se enfrentó y venció 1-6, 6-3 y 6-4 a la búlgara Tsvetana Pironkova en el partido correspondiente al WTA de Eastbourne. A pesar de la victoria, lo bueno es que la estadounidense volvió a jugar tras enfrentar un grave problema de salud.
Poco después de ganar Wimbledon en 2010, el último torneo que jugó, sufrió un corte en un pie con un vidrio a la salida de un restaurante en Alemania, lesión que le produjo dos edemas debido a los cinco meses que tuvo que tener puesto un yeso por la doble operación a la que debió someter su pie. Posteriormente, se le desarrolló una embolia pulmonar que la llevó de urgencia al quirófano, en febrero pasado. “Hubo días en los que no salía de la cama o me quedaba tirada en el sofá. No podía entender por qué me pasaban a mí todas esas cosas. Me preguntaba qué había hecho para merecer eso”, relató la ganadora de 13 Grand Slam.
Desde el lunes, cuando vuelva a afrontar Wimbledon a 50 semanas de haber obtenido ese título, la mirada ya no será la misma: “No estoy preparando este torneo (Eastbourne) ni Wimbledon. Me estoy disponiendo para el resto de mi carrera. Estoy para hacer lo mejor que pueda y no para perder, tomándome todo día a día sin muchas expectativas en mi juego. Simplemente estoy feliz de poder competir”, concluyó Williams.
Desde el lunes, cuando vuelva a afrontar Wimbledon a 50 semanas de haber obtenido ese título, la mirada ya no será la misma: “No estoy preparando este torneo (Eastbourne) ni Wimbledon. Me estoy disponiendo para el resto de mi carrera. Estoy para hacer lo mejor que pueda y no para perder, tomándome todo día a día sin muchas expectativas en mi juego. Simplemente estoy feliz de poder competir”, concluyó Williams.
