1/2/09

Nadal, campeón en Australia

Fue el partido más esperado de lo que va del 2009. La final del Australian Open tenía dos protagonistas de lujo: el número uno y el dos del mundo, que no sólo peleaban por consagrarse campeones del primer grande del año, sino que este campeonato significaba algo más para ambos. Para Federer, sería su 14º título en esta categoría y le permitiría igualar el récord de Pete Sampras; mientras que para Nadal-que jugaba su primera final en Melbourne-, era la ocasión perfecta para consagrarse campeón por primera vez en Australia. Y lo logró. Fue 7-5, 3-6, 7-6, 3-6 y 6-2 sobre el suizo, y cosechó su sexto título Grand Slam.
El comienzo del partido fue bastante parejo y cerrado, ya que ambos estaban muy atentos a no cometer ni el más mínimo error; tal fue así que terminó 7-5 a favor del español. Ya en el segundo set, Federer se mostró un poco más suelto y forzó los errores de Nadal, para ponerse 2-1 arriba en el marcador. Si bien el español logró revertir la situación y ponerse 3-2 arriba, no se pudo mantener y el suizo se llevó el set por un 6-3.
En el tercero, el número dos tuvo problemas para cerrar los quiebres, y sólo aprovechó 4 de 17 oportunidades que tuvo. A pesar de que fue un set bastante parejo hasta el 4-4, el de Basilea desperdició una de las mejores ocasiones que tuvo de quebrar a su rival cuando estaba 0-40 en el noveno game, pero el manacorí se impuso con un 5-4 y llegaron al tie break, donde una doble falta en el último servicio de Federer le dio el 7-6 a Rafa. El cuarto set fue el más emocionante, ya que hubo golpes y devoluciones para todos los gustos. Aunque el helvético quebró y se puso 2-0, Nadal lo remontó y hasta en el quinto game se disputaron 7 deuces para definir al suizo como ganador, quien nuevamente quebró para ponerse 5-2 con su saque. A pesar de que el mallorquín ganó el game con su servicio, no le alcanzó y cayó 6-3 en el cuarto. Pero todavía quebada un quinto set, que evidentemente no sería apto para cardíacos.
Ya en set definitorio y con más de 4 horas de juego, parecía que el cansancio podía ser un factor capaz de jugarle en contra a cualquiera de los dos, y Federer resultó ser el más vulnerable, ya que Nadal llegó a ponerse 4-1 arriba en el marcador. Federer intentó remontarlo, pero no pudo. Luego de que la última devolución del suizo pasara los límites de la cancha, el matador Nadal se convirtió en el primer español en conseguir el Australian Open al cerrar el set con un 6-2 a su favor.
Una final A-PA-SIO-NAN-TE con todas las letras, que concluyó con una entrega de premios mucho más conmovedora aún en la que se pudo ver a un Federer llorando desconsoladamente, y a un Nadal con un leve esbozo de alegría en su rostro, que demostraba su afecto y respeto hacia su gran rival. Verdaderamente, dos grandes.